El índice glucémico (IG) es un parámetro que mide con qué velocidad y en qué cantidad los carbohidratos de un alimento llegan a la sangre en forma de glucosa.
Además del IG, es importante conocer otro concepto: la carga glucémica (CG). La CG se obtiene multiplicando el IG por los carbohidratos presentes en una cantidad concreta de alimento.
Eso nos sirve para poner en perspectiva el IG, aunque para entenderlo nada mejor que un ejemplo.
Tomemos un alimento con un índice glucémico alto como pudiera ser una patata cocida (82). Al valorar su carga glucémica y ver la cantidad de hidratos de carbono que tiene, vemos que la carga glucémica de una ración de 150 gramos se queda en 21.
Lo mismo nos sucede con varias frutas: aunque sean frutas con un índice glucémico alto, la cantidad de carbohidratos que contienen por ración es pequeña y eso hace que su carga glucémica sea irrisoria. Es el caso de la sandía, con un IG alto (72) y, sin embargo, una CG de 4 para una ración de 120 gramos.
Así que, más vale fijarnos en si el alimento es sano o no y no es su índice glucémico porque como veis no tienen ningún sentido.