635. Cómo medir los progresos sin báscula.

La báscula es tu enemiga, aunque no te lo parezca. Sí una persona tiene en casa una báscula, aparentemente cree tener seguridad porque puede consultar su peso en cualquier momento. Pero al subirse a la misma podrían pasar dos cosas:

  1. Que el peso haya bajado, lo cual la lleve a «merecerse un premio» y comer peor. Por lo que se encontrará peor y volverá a unos malos hábitos. Y en consecuencia a un peso no saludable.
  2. Que el peso haya subido, lo cual la lleve a frustrarse y comer peor. Por lo que se encontrará peor y volverá a unos malos hábitos. Y en consecuencia a un peso no saludable.

Así que lo mejor es fiarse de otros referentes, por ejemplo:

  • Cómo nos queda la ropa.
  • Dónde abrochamos el cinturón.
  • La energía que tenemos.
  • La sensación de ligereza.
  • La facilidad al hacer la digestión.
  • Las ganas de hacer cosas.
  • El estado anímico.
  • El transito intestinal.

Entre otros.

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