1139. El miedo a comer fuera de casa.

Quien vive con el concepto de dieta antiguo, el de lechuga-pechuga, el de restricción y prohibición, el de ceñirte a lo que pone un papel, se siente perdido al salir a comer fuera, a un bar o restaurante, tanto es así que desarrolla un miedo injustificado al comer fuera de casa, por miedo a no seguir la pauta, a «saltarse el menú» y subir de peso.

No debemos tener miedo a salir fuera a comer, simplemente debemos saber elegir, aprender a gestionar y equilibrar los platos y sobre todo, vigilar con lo que realmente no es saludable cuando comemos en restaurantes: la bebida y el postre. Porque es ahí donde realmente estamos haciendo una mala elección de alimentos.

Ciertamente también hay restaurantes y restaurantes, y no es lo mismo comer de tapeo fritanguero que de menú. Pero esto solo será relevante dependiendo de la frecuencia con la que salgo a comer fuera de casa. Si salgo de forma esporádico-ocasional, da igual si como fritanga que en un restaurante de estrella michelín ya que no será significativo en el global de mi alimentación.

Es por este motivo que debemos vencer ese miedo y trabajar el concepto de flexibilidad dietética, porque una dieta o estilo de alimentación que roba la vida social de una persona solo puede acabar en fracaso y abandono. Dejar de salir con amigos, familiares, pareja, etc es desestabilizar y desequilibrar nuestra salud mental ya que solo puedo reportarnos tristeza, frustración, culpa y malestar. Lo cual puede acabar compensandose con ingesta abundante y excesiva de productos poco saludables.

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