Las tres claves para una vida sana y feliz

Hay tres cosas que son fundamentales para tener una vida saludable llena de energía y vitalidad, y por lo tanto de felicidad, ¿quieres saber cuáles son?


Siempre que explico las tres claves para una vida sana y feliz me gusta hacer el símil con un taburete de tres patas porque creo que es una forma clara y sencilla de entenderlo. Todos sabemos que si a un taburete de 3 patas le faltara una pata no se aguantaría, así que se necesitan las tres y ambas tres son igual de importantes para sostener a este taburete. Pues imaginemos que ese taburete es nuestra vida, las tres patas que sostienen nuestra vida, es decir que nos dan salud y en consecuencia felicidad son la alimentación, el ejercicio y el descanso. Veámoslas detenidamente.

Alimentación

Esta es la que me toca más de cerca, está claro. Alimentarnos es comer y comer es algo que hacemos cada día, a veces incluso hasta 5 y 7 veces al día. ¿Cómo algo que hacemos tan a menudo puede llegar a pasar desapercibido? Quiero decir, muchas veces comemos por comer, «porque toca» o incluso por inercia. Creo que el ritmo de vida que llevamos hoy en día (y me incluyo en este saco) no tiene concordancia con las necesidades de nuestro organismo. ¿Por qué? Porque no tenemos tiempo. Creo que no hay día que no pensemos eso de «ojalá los días tuvieran 48h» y sabéis qué? si tuvieran 48, necesitaríamos 72.

Y claro, como no tengo tiempo, priorizo. Y lamentablemente la alimentación suele ser una de las cosas que menos se priorizan. Por eso cuando alguien me habla de falta de tiempo para comer sano, yo le respondo que lo que verdaderamente hay es una falta de prioridad. No dudo que no haya escasez de tiempo, pero desde luego que si podemos sacar 1 hora para hacernos las uñas, ir al masajista o tomar unas birras con los amigos, tenemos tiempo para trabajar en nuestra alimentación. Pero no queremos, no queremos porque no vemos la importancia que tiene.

Esto ocurre porque las consecuencias de una mala alimentación son a largo plazo. Si tu te comes un donut (o 10) no vas a tener problemas de salud. Claro está que puedes tener una indigestión, diarrea o dolor abdominal, pero nada que no se arregle en 24h. Ahora bien, si tu comes un donut diario por 10 años, es probable que 10 años después vean alteraciones de tu glucosa en la analítica de la revisión del trabajo. Y aquí es cuando nos entran las prisas y buscamos milagros, dietas rápidas (aunque sean caras), remedios curanderos o pastillas mágicas. Pues lo siento pero no, esto no funciona así. La alimentación debe cuidarse a diario, todos los días de nuestra vida.

¿Y cómo puedo cuidar mi alimentación? Lo cierto es que no es nada complicado. Debemos darle al cuerpo alimentos. Alimentos como tal. Esto es: verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, semillas, granos enteros, cereales enteros, carnes, pescados, huevos, lácteos… Ya en función del estilo de alimentación de cada uno comerá unas cosas u otras, pero básicamente esto. Para los sin tiempo os diré que si se quiere, se puede. Con planificación y organización, practicando el batch cooking, haciendo cursos, formaciones… De nuevo te digo, es una cuestión de prioridades.

Así que ya ves, la primera pata de la que te hablo es simplemente hacer pequeños cambios en un hábito diario que haces seguramente un mínimo de 3 veces al día. Si quieres empezar a cambiar para fortalecer esta pata te aconsejo que empieces con esto:

  • Deja la bollería y cualquier otro tipo de ultraprocesados, incluyendo refrescos, bebidas carbonatadas y azucaradas.
  • Evita la comida precocinada o ultracongelada.
  • Deja el alcohol.

Cuando hayas dejado de comer peor, prueba a comer mejor:

  • Toma tres piezas de fruta al día (200 gramos mínimo).
  • Toma una ración de verduras y/o hortalizas en tus comidas principales (250 gramos mínimo).
  • Toma legumbres un mínimo de 3 veces por semana.
  • Cambia a cereales integrales: pasta, arroz, pan…
  • Bebe únicamente agua como bebida principal.
  • Añade un puñado de frutos secos a tu dieta.

Ejercicio

El temible ejercicio. Pues déjame decirte, que estamos hechos para movernos, no para estar sentados 12 horas frente a un ordenador sin que nos toque el sol. De nuevo, este (permíteme, maldito) ritmo de vida nos hace estar encerrados y sin movernos durante 8-10-12 horas al día. Algo que pasa factura a nuestra salud. El organismo necesita el movimiento y nosotros hacemos todo lo posible por no dárselo: cogemos el coche para cualquier desplazamiento, usamos los ascensores, en los ratos libres nos vamos al sofá…

Hay múltiples estudios que demuestran como la falta de ejercicio está relacionada com mayor riesgo de mortalidad. Pero de nuevo, son problemas que aparecerán a largo plazo. Así que mientras que mi cuerpo no me avise, o yo no enferme, me quedaré sentadito en el sofá.

No estoy diciendo que nos convirtamos en ultratrainers pero sí necesitamos trabajar los músculos. Se trata de aumentar lo que hacemos no de irnos al extremo. Para que un cambio sea efectivo, haya adherencia y se interiorice, debe hacerse de forma progresiva, poco a poco. Esto es, que si soy una persona sedentaria, empezaré por volverme una persona activa. Cuando sea activo, dedicaré 15 minutos a hacer ejercicio, después 30, después subiré la intensidad, después me apuntaré al gimnasio, después iré cada día… hasta que no puedas vivir sin el ejercicio y deporte.

Podría aburrirte con un listado larguísimo de beneficios del ejercicio físico, pero prefiero ayudarte a conseguir que lo practiques. Verás, el problema principal de todas esas personas que se inician y lo acaban dejando es la motivación. Y no hay nada que motive más, que hacer lo que a uno le gusta y con lo que uno disfruta. Así que en lo que debes trabajar es en encontrar eso con lo que disfrutas y te gusta hacer. Salir a practicar ejercicio no debe ser una obligación, sino una diversión. Si crees que no hay nada que te guste, es que no has buscado bien ;).

Descanso

Digo descanso, pero en realidad incluyo el concepto de relajación, meditación y concienciación, algo ausente en este, insisto, maldito ritmo de vida. Tan importante es comer sano y practicar ejercicio como descansar adecuadamente y vivir tranquilos. El sueño es reparador. No sé si lo habréis notado, pero los días en que mejor duermes te levantas con la piel más suave, más energía, mejor humor… y eso se debe a que has descansado. De igual modo, es posible que también hayáis notado que en el fin de semana no tenéis molestias, o gases o dolores de cabeza, porque dormís más, estáis más relajados (no tenemos la presión del jefe/a) y no tenéis estrés ni prisa.

A veces pensamos que mientras dormimos el cuerpo se para y nada más lejos de la realidad. Pensad que hay hasta 5 fases distintas en el sueño y que estas se repiten de 3 a 7 veces. No voy a explicar técnicamente estas fases pero sí te diré que nuestro cuerpo está realizando funciones básicas y necesarias para poder funcionar adecuadamente, para tener salud. Así que de nuevo, dale la importancia que tiene.

En cuanto al estrés y acelero, entiendo que «no puedas hacer más», pero si no contemplas la opción de darle un giro a tu vida, cambiar de trabajo por ejemplo o de rutinas si te aconsejo que practiques algún tipo de meditación, relajación o incluso yoga, aunque sean 10 minutos al día en tu propia casa. Y aquí sí te digo que no me creo de ninguna manera que no puedas sacar 10 minutos.

También puedo darte algún consejito para conseguir dormir más (espero que también mejor):

  • Practica 10 minutos de relajación o yoga antes de acostarte.
  • Prepara todo lo necesario para el día siguiente: ropa, tupper, mochilas de los niños…
  • Apunta en un papel todo lo que tienes que hacer o aquello que te ronda por la cabeza. Deja que sea ese papel quien retenga la información.
  • Acuéstate antes.
  • Ten las sábanas siempre limpias y la cama hecha.

Como ves son 3 aspectos cotidianos, solo tienes que mejorarlos.

María Merino Fernandez, nutricionista
María Merino Fernández
Diplomada en Nutrición y Dietética por la Universitat de Barcelona, Máster en Nutrición y Metabolismo por la Universitat Rovira i Virgili y Curso de extensión universitaria en Nutrición deportiva por la Universitat de Barcelona.

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