¿Qué es la hipercolesterolemia?
La hipercolesterolemia se refiere a niveles elevados de colesterol en sangre, un lípido esencial para el organismo que, en exceso, puede acumularse en las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es frecuente distinguir entre:
- Colesterol LDL (malo): Se acumula en las paredes de las arterias.
- Colesterol HDL (bueno): Ayuda a eliminar el colesterol excesivo.
Síntomas principales
La hipercolesterolemia no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales, pero con el tiempo puede causar:
- Formación de placas en las arterias (aterosclerosis).
- Dolor en el pecho o angina.
- Riesgo elevado de infarto o accidente cerebrovascular.
Por ello, es importante realizar chequeos regulares para detectar niveles altos de colesterol.
Causas y factores de riesgo
- Genética: Hipercolesterolemia familiar debido a mutaciones hereditarias.
- Dieta inadecuada: Consumo excesivo de grasas saturadas y trans.
- Sedentarismo: La falta de actividad física reduce el colesterol HDL.
- Sobrepeso u obesidad: Asociados a un aumento del colesterol LDL.
- Factores como tabaquismo o estrés crónico: Impactan negativamente los niveles de lípidos.
Soluciones con enfoque nutricional
- Aumentar el consumo de fibra soluble
La fibra soluble, presente en alimentos como avena, legumbres, frutas (manzanas, peras) y verduras, ayuda a reducir la absorción de colesterol en el intestino. - Incorporar grasas saludables
Sustituir las grasas saturadas por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, presentes en el aceite de oliva, aguacates, frutos secos y pescados grasos como el salmón y la sardina. - Reducir grasas trans y alimentos ultraprocesados
Evitar productos como margarina, bollería industrial y alimentos fritos, que incrementan los niveles de colesterol LDL. - Alimentos funcionales
Consumir productos enriquecidos con esteroles y estanoles vegetales, que bloquean parcialmente la absorción de colesterol. - Aumentar antioxidantes y fitonutrientes
Incorporar frutas y verduras ricas en vitamina C, E y compuestos como flavonoides (cítricos, bayas, té verde) para proteger las arterias. - Controlar el consumo de azúcares simples
Reducir la ingesta de bebidas azucaradas, pasteles y dulces, ya que el exceso de azúcar puede transformarse en triglicéridos, otro lípido dañino.
Otros enfoques complementarios
- Ejercicio físico regular: El ejercicio aeróbico y de fuerza ayuda a aumentar el colesterol HDL y reducir el LDL.
- Dejar de fumar: Mejora los niveles de colesterol bueno y protege la salud cardiovascular.
- Control del estrés: Técnicas como mindfulness o yoga pueden reducir los niveles de cortisol, asociado a un aumento del colesterol.
Un plan personalizado por parte de un nutricionista especializado puede facilitar cambios sostenibles en el estilo de vida, optimizando la salud del corazón.