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#02. ¿Qué es BLW?

Es la clase principal para entender qué es el BLW. Cómo se desarrolla y evoluciona y entender por qué es natural practicarlo y cómo de esa manera respetamos las necesidades y preferencias del bebé. Hablaremos también de la lactancia ya que es la combinación perfecta y de sus variaciones, el BLW mixto. Versión que para muchos ni existe pero para mí es una vertiente muy aceptada y respetada e incluso mejor que la nula práctica del método.

¿Qué es?

Estas siglas provienen de “baby led weaning” y se podría traducir como alimentación dirigida por el bebé o autorregulada ya que consiste en permitir que el bebé se alimente por sí mismo desde el principio, ofreciéndole trozos de alimentos blandos que pueda tomar con sus manos para llevárselos a la boca, masticarlos (con las encías si aún no tiene dientes) y, una vez se sienta preparado, tragarlos.

Desarrollo y evolución

Desde que nacen, los bebés están en continuo desarrollo; basta con observar su evolución para ver cómo, de manera prácticamente autónoma, adquieren nuevas capacidades. Su gran actividad cerebral hace que absorban del ambiente todo lo que necesitan para crecer y es así como, poco a poco, van evolucionando y dominando habilidades hasta convertirse en adultos.

Pongamos dos claros ejemplos de adquisición de habilidades: El movimiento y el habla. Es evidente que cada niño tiene su propio tiempo de aprendizaje y es él mismo quién decide cuando comenzar a gatear, dar el primer paso o decir la primera palabra. Aunque como adultos debemos estar cerca para facilitar el proceso (solamente nuestro ejemplo ya es una gran ayuda), es evidente que en la mayoría de casos el protagonista absoluto es el bebé, será él quién asumirá el reto y decidirá cómo superarlo en cuanto a ritmo y tiempo.

Ahora extrapolemos la situación al tema que nos interesa: la alimentación. Igual que sucede con el resto de capacidades, el niño adquirirá con tiempo y práctica la capacidad de alimentarse, por lo tanto, igual que respetamos la exploración que le lleva a adquirir tantísimas habilidades deberíamos hacerlo a la hora de comer.

Sin embargo, no somos tan flexibles con la alimentación y damos por hecho que, cuando dicen “A partir de los 6 meses” quieren decir “Justo a los 6 meses” y así, cual pistoletazo de salida, justo el día que los cumple comenzamos con la alimentación complementaria dando por hecho que el niño está preparado, no solo para comer lo que dice el adulto en cuanto al tipo de alimento si no también en cuanto al horario y a la cantidad.

Imaginemos que el pediatra nos dijera que a partir de los 10 meses, de forma genérica, los niños están preparados para caminar, ¿esto implica que todos los niños lo estén? Unos sí, otros no. Resultaría probablemente absurdo además de tedioso hacerlo caminar cuando no está preparado y por si fuera poco, encima intentar que lo hiciera al ritmo que nosotros le marcamos y durante la distancia que a nosotros nos parezca adecuada. No tiene mucho sentido ni parece muy respetuoso, ¿verdad? Y sin embargo, hacer lo mismo en el ámbito de la alimentación, no solo es habitual si no que parece casi obligatorio.

En resumen, que un bebé cumpla 6 meses no implica que esté preparado para la alimentación complementaria y aunque lo esté, tampoco implica que la lactancia deba dejar de ser prioritaria en su dieta. Todo forma parte de un aprendizaje en el que mucho tiene que decir el niño, y como el caminar o el hablar, no se da de un día para otro.

Poner en práctica el BLW (Baby Led Weaning) implica, entre muchas otras cosas, respetar y confiar en su evolución. Y así, manteniéndonos en un segundo plano, el bebé aumentará de manera progresiva la ingesta de alimentos sólidos a la vez que irá reduciendo las tomas de leche en función de sus necesidades. Está en su naturaleza asumir esta capacidad y, si le dejamos, nos convencerá de que es capaz de mucho más de lo que pensamos y de que además, disfruta enormemente de la experiencia.

Lactancia materna y BLW

Variaciones del método

Uno de los principios básicos del Baby Led Weaning es fomentar la autonomía del bebé a la hora de comer, propiciar una experiencia positiva con la alimentación y a su vez respetar su autorregulación.

La manera más sencilla y natural de que esto ocurra es a través de alimentos sólidos que podrá ver, tocar, oler y probar de forma independiente. Todo ello propiciará la confianza del pequeño en la comida y esto es algo que muchas veces no ocurre con las papillas, que suelen presentar varios alimentos mezclados en una misma textura y que en la mayoría de ocasiones son ofrecidas directamente por el adulto.

Ahora bien, cada cual puede hacer en su casa lo que mejor le parezca o más le convenga. Si a pesar de las ventajas y beneficios de comer sólidos, una familia por el motivo que sea decide adaptar el método a su manera y con papillas, cabe decir que lo más importante será respetar el apetito del bebé y jamás obligarlo a comer, ni siquiera la típica “última cucharada”.

También es interesante que en la medida de lo posible (aunque sí, será más complicado) sea el bebé quien experimente y se lo coma, otorgándole poder de decisión y permitiéndole sentir en cierta medida los alimentos antes de ingerirlos. Conviene recordar que aun con papillas, es necesario que el niño cumpla los mismos requisitos para comenzar la alimentación complementaria con seguridad.

Otra versión del método es lo que llaman “BLW mixto”, que tal como indica su nombre combina sólidos y purés. Esto sucede muchas veces por cuestiones sociales como la asistencia a ciertas guarderías en las que las normas son inamovibles y dan purés a todos los niños igual. O cuando un cuidador que no se siente cómodo con el método se hace cargo del bebé durante unas horas y prefiere darle papillas por su tranquilidad. En estos casos, es en el entorno familiar cuando el bebé tiene la oportunidad de experimentar y comer sólidos.

En definitiva, si realmente queréis aplicar Baby Led Weaning con el pequeño, merece la pena hacerlo con sólidos, tal como indica el método original. Pero si por vuestras circunstancias no es posible aplicarlo al 100% o simplemente no estáis del todo convencidos, intentadlo, y si no es posible, siempre será mejor el mínimo tiempo que nada.

No obstante, es importante saber que alternar papillas y sólidos, puede crear confusión al bebé y a su vez ser peligroso debido a la gran diferencia de gestión bucal que requiere cada una de las formas. Es por esto y por el hecho de que el método original se basa en los sólidos, que muchas familias niegan que lo que otras llaman BLW-Mixto exista, sea correcto y seguro.

¡Esto puede ser más delicado por dos motivos: primero porque ese bebé está acostumbrado a tragar directamente la comida sin masticar y esa será su inercia en un principio. Segundo, por la dificultad con la que puede encontrarse para sacar alimentos de su boca si dicha introducción se hace cuando su reflejo de arcada, ya ha retrocedido a la parte posterior de la lengua.

¡Es por esto que resulta muy interesante el hecho de que cualquier bebé (aunque tome papillas de forma exclusiva) tenga contacto, aunque sea de manera puntual, con sólidos antes de los 9-10 meses para así darle la oportunidad de practicar con este tipo de alimentos cuando aún cuenta con dicho reflejo en medio de la lengua.

¡No debe convertirse en una competición practicar BLW, tampoco en malos ratos ni que implique gritos y enfados con el bebé. Este método precisamente busca todo lo contrario, armonía y tranquilidad, aprender a comer de una forma agradable para el bebé.

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