La higiene y seguridad a la hora de tratar los alimentos es algo que pasa realmente desapercibido y que no se le da la importancia que merece. No obstante, es uno de los motivos principales por los que los bebés enferman: unas manos sucias o la falta de limpieza en los utensilios de cocina. Por ello, en esta clase vemos qué medidas de seguridad e higiene debemos tener para garantizar la seguridad e inocuidad para el bebé.
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Seguridad e higiene
Es importante tener en cuenta la seguridad e higiene a la hora de preparar los alimentos, tanto en los adultos como en los niños y siempre más en niños recién nacidos o hasta el primer mes de edad.
Los niños, constituyen un grupo de población especialmente sensible porque, por una parte, su sistema inmunitario es inmaduro y, por lo tanto, menos capaz de combatir cualquier infección o intoxicación causada por alimentos alterados, y, por otra parte, su peso es inferior al de un adulto, por lo que pequeñas cantidades de un producto alterado son suficientes para causar trastornos importantes en su estado de salud.
Además, los alimentos para niños a veces se trituran o trocean, lo cual los hace más susceptibles de deteriorarse y más accesibles a los gérmenes. Por estos motivos, los alimentos se deben preparar y manipular con especial cuidado y condiciones de higiene estrictas.
Consejos generales de higiene
Antes de empezar a preparar los alimentos
Hay que tener presente que los mismos manipuladores pueden ser portadores de gérmenes y contaminar los alimentos por contacto con las manos, mucosas o cualquier herida en la piel. Es por eso que, en la preparación de alimentos para niños, es necesario ser riguroso a la hora de lavarse y secarse las manos, especialmente después de haber cambiado pañales, de haber ido al baño o de haber tocado cualquier objeto o superficie que pueda ser un punto de contaminación.
Hay que protegerse las heridas, no toser ni estornudar sobre los alimentos y, en caso de sufrir diarreas y dolores abdominales, es preferible delegar la preparación de los alimentos a una persona sana.
Hay que verificar que las herramientas y las superficies de trabajo estén limpias y no representen un punto de contaminación: los biberones tienen que limpiarse inmediatamente después de cada uso con jabón y agua caliente abundante, y se deben cambiar las tetinas si se detectan grietas que faciliten la acumulación de suciedad. Los cuchillos tienen que estar siempre limpios y la batidora debe limpiarse y secarse después de cada uso.
Hay que utilizar, siempre que sea posible, papel de cocina y es mejor evitar el uso de trapos, ya que a menudo acumulan gérmenes que pueden transmitirse a los alimentos.
Es recomendable adquirir los alimentos en establecimientos autorizados y de los que se pueda constatar la higiene, el orden y la clasificación correcta de los diferentes tipos de alimentos.
Hay que utilizar bolsas isotérmicas para los alimentos congelados (≤ -18 ºC) y para los refrigerados (0-7 ºC) y comprobar que la temperatura se adecua a las indicaciones de cada producto.
Durante la preparación de los alimentos
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Al finalizar la preparación de los alimentos
Es importante que los alimentos sean consumidos durante las 2 horas posteriores a la preparación. En caso de que no sea posible, hay que conservarlos en refrigeración o en congelación. A la hora de conservar los alimentos, hay que evitar contaminaciones cruzadas con otros alimentos, por lo que hay que protegerlos y evitar que entren en contacto alimentos de naturaleza diferente: carne con pescado, productos crudos con productos cocinados o frutas, verduras y huevos con cualquier otro producto.
Cuando la comida no se realiza en el mismo lugar donde se ha preparado el alimento, es necesario que éste sea trasladado en recipientes isotérmicos que mantengan el producto suficientemente caliente o frío, según de qué se trate. Es importante recordar que los niños más pequeños continuamente están en contacto con el suelo y con todo tipo de objetos, por lo que hay que lavarles las manos (o ayudarles a hacerlo si son mayores) antes de comer.
Alimentos de riesgo
No es conveniente dar a los niños carne, pescado, marisco y alimentos a base de huevo que estén poco hechos y que se hayan preparado con mucha antelación, como tampoco quesos poco curados elaborados con leche cruda, ya que es posible que el proceso térmico o de curación de estos alimentos no haya eliminado el riesgo de presencia de bacterias patógenas como la salmonela, la campilobacteria, la listeria o la Escherichia coli.
Preparación segura de los biberones
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- Curso Alimentacion infantil #01. Introducción.
- Curso Alimentacion infantil #02. Los alimentos.
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- Curso Alimentación infantil #05 Alimentación de 6 a 12 meses.
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