Conoce las claves para cambiar de hábitos con éxito y no volver a las andadas nunca más
Dicen que año nuevo vida nueva y, seguramente, uno de los propósitos que te has marcado (no este, año sino casi cada año) es cambiar de hábitos: comer más sano, hacer ejercicio… pero después del primer -o con suerte- segundo mes, vuelves a las andadas. Para que esto no vuelva a ocurrirte y hagas el cambio definitivo, voy a contarte las claves y secretos para lograr de forma exitosa el cambio de hábitos, para adquirir por fin, la nueva vida.
Poder es querer
La primera excusa o justificación que te viene a la cabeza es «no puedo», y ese pensamiento se aferra dentro de ti y al final crees realmente que no puedes, pero déjame decirte que sí puedes solo que no crees en ti, no confías en ti, y eso es lo que necesitas: confianza y empoderamiento. Así que deja de decirte que no puedes, y empieza a pensar (y decirte) que sí puedes, aunque quizá no sabes cómo. Solo tienes que buscar ese cómo, ese conocimiento que necesitas para llevar a la práctica lo que ya sabes pero no consigues mantener. En el curso de cambio de hábitos tienes todos los conocimientos necesarios para conseguir dar el paso (y mantenerlo). También puedes recurrir a libros, tutoriales, canales de youtube, podcast…
Así que ya lo ves, paso número uno, trabajar tu mente: envía mensajes positivos a diario, levántate cada mañana creyendo que podrás y así poco a poco irás trabajando la confianza y empoderamiento en ti. Si quieres, puedes, pero tienes que querer. Tienes que conseguir que las ganas por querer hacerlo superen al esfuerzo que puedas creer que implica practicarlo. Y si empiezas a hacerlo y ves que un día puedes, pensarás que puedes dos y si puedes dos, podrás tres y así consecutivamente, lo que te dará confianza y creencia en ti misma.
Microbjetivos
La clave de ese empoderamiento y confianza está en los objetivos que te propongas. Si de la noche a la mañana pretendes cambiar tu estilo de alimentación, practicar ejercicio a diario, dejar de fumar, no tomar más alcohol y reducir el estrés, lo más probable es que no lo consigas y además empeores la situación actual: comas peor, te muevas menos, fumes y bebas más y padezcas más estrés, de manera que afecte a incluso a tu estado emocional. Así que trabaja en el objetivo. Hay varias maneras de trabajar en tu objetivo (u objetivos), yo te recomiendo que hagas uso del coaching nutricional en este caso y practiques el método o fórmula SMART. La fórmula SMART es la que mide el valor de todos los objetivos y todos los elementos que conforman el plan de cambio de hábitos, calificándolos como válidos o no válidos.
- S de específicos
- M de medibles
- A de alcanzables
- R de realista
- T de temporal
Veámoslo con un ejemplo. Si yo me marco como objetivo «comer mejor», estoy marcándome un objetivo
no válido ya que, aunque pueda ser alcanzable y realista, no es específico, ni medible ni temporal. Por lo tanto debería reformularlo, para ello debemos pensar y responder:
- ¿Cómo podría mejorar mi alimentación?
- ¿Qué aspectos de mi alimentación quiero mejorar?
- ¿En cuanto tiempo creo que seré capaz de conseguirlo?
- ¿Qué necesito para llevarlo a cabo?
- ¿Cuánto es mejor?
Y tras responder estas preguntas podríamos obtener un objetivo mucho más SMART: Quiero comer al menos dos raciones de verduras y tres de frutas en la próxima semana». Ahora tenemos un objetivo específico (verduras y frutas), medible (2 y 3 raciones) y temporal (en la próxima semana). Quizá pienses que la próxima semana es un espacio de tiempo muy reducido pero en realidad cuanto más pequeño sea el objetivo, más fácil de cumplir, y por ello mayor refuerzo positivo, mayor autoconfianza y mayor empoderamiento. A pesar de ello, te aconsejo que antes de intentar «comer mejor» intentes «dejar de comer mal» y te marques objetivos como «Reducir el consumo de bollería a 1 pieza al mes» o similares. También puedes seguir trabajando en estos objetivos con el coaching nutricional.
Disfruta del cambio
Es muy importante que para que el nuevo hábito se mantenga haya un refuerzo positivo, es decir tu tienes que obtener un beneficio o una satisfacción, un placer, tienes que disfrutar con el cambio. Me explico. Si tu objetivo es por ejemplo comer esas dos raciones de verdura diarias, y te pasas los días comiendo ensaladas aburridas y verduras cocidas sosainas, lo más seguro es que abandones, pero no tu, sino cualquier persona que hiciera un cambio como ese, porque eso no es placentero. En este caso deberías buscar la forma de comer verduras y que a la vez fuera placentero y disfrutaras haciéndolo.
Lo mismo ocurre con el ejercicio, si vienes de ser totalmente sedentaria y te apuntas a un gimnasio para subirte a una cinta y correr cual ratoncillo de laboratorio, abandonarás. Tienes que buscar algo que te guste, algo que te motive, que quieras hacer que te provoque satisfacción, placer y con lo que disfrutes. Que si es la cinta adelante, sube a la cinta y corre pero sino busca otras actividades: clases dirigidas, baile, yoga, bicicleta, deporte de equipo como el pádel… También debes aumentar la motivación por el mismo por ejemplo comprándote nueva ropa de deporte o quedando con tu mejor amiga para hacer ese ejercicio. Y si tu dices que de ninguna manera, que no hay nada que te guste en cuanto a actividades o ejercicio físico, busca una conexión con algo que sí te guste. Esto es: conectar un hobby con un nuevo objetivo. Sigamos con el ejemplo del ejercicio. Imagina, como he dicho que no te gusta nada hacer ejercicio pero en cambio eres una fanática de las series televisivas. Podríamos conectar este hobby con este nuevo objetivo si al subir a la cinta, pones tu tablet sobre esta y ves tu serie mientas vas caminando/corriendo. Después de unas semanas querrás correr sin necesitar tu tablet, para ya habrás creado el hábito.
Repítelo una y otra vez
Para conseguir adquirir el hábito tienes que repetir la acción una y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Solo a base de repetir se consigue el hábito por eso es tan importante el punto anterior: disfrutar del cambio, porque si no disfrutas, no querrás repetir.