Las alteraciones hormonales ocurren cuando el equilibrio de las hormonas en el cuerpo se ve afectado, lo que puede generar síntomas físicos y emocionales. Estas alteraciones pueden ser temporales o crónicas y afectar diversas funciones del organismo, como el metabolismo, la regulación del peso, la salud reproductiva y el estado de ánimo.
Síntomas:
- Fatiga persistente.
- Cambios en el peso sin razón aparente.
- Alteraciones en la piel (acné, sequedad o caída del cabello).
- Problemas menstruales e infertilidad.
- Cambios en el estado de ánimo, ansiedad o depresión.
Causas y factores de riesgo:
Las alteraciones hormonales pueden deberse a múltiples factores:
- Estrés crónico, que afecta la producción de cortisol.
- Dieta inadecuada, deficiencias nutricionales o consumo excesivo de azúcares y ultraprocesados.
- Enfermedades metabólicas, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o hipotiroidismo.
- Exposición a disruptores endocrinos, presentes en plásticos y pesticidas.
- Menopausia y envejecimiento, que afectan la producción de estrógenos y testosterona.
Soluciones nutricionales y terapéuticas:
- Dieta equilibrada rica en grasas saludables, proteínas y fibra.
- Control del azúcar para evitar picos de insulina y resistencia a la insulina.
- Incorporación de antioxidantes (frutas y verduras) para reducir el estrés oxidativo.
- Alimentos ricos en omega-3 (pescados grasos, chía y nueces) para el equilibrio hormonal.
- Probióticos y alimentos fermentados para mejorar la salud intestinal y la absorción de nutrientes clave.
Otros enfoques complementarios:
El ejercicio físico regular, el manejo del estrés mediante mindfulness o yoga, y el seguimiento médico adecuado son claves para restaurar el equilibrio hormonal.
Si experimentas síntomas persistentes, es importante acudir a un especialista en endocrinología o nutrición para un abordaje personalizado y mejorar tu bienestar hormonal.